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Abejas, flores y colmenas: el verdadero origen de la Miel

Flores, colmenas, estaciones del año, apicultura, salud, abejas. Para hablar y habitar este producto tenemos que entenderlo en plural. Porque el olor que tenga cada miel, el color, el sabor, la textura, la propiedad terapéutica varía según la planta que le proporciona a las abejas su jugo y estas características hacen que se trate de un producto heterogéneo y peculiar. Por eso, cuando nos encontramos frente a una góndola (en lo posible de un comercio amigo) tenemos que buscar -y reconocer- esta diversidad.  Si no, estamos frente a otro invento de laboratorio.

Claudio Jaroszewski aprende sobre el mundo de las abejas hace más de 20 años con El Árbol, un emprendimiento apícola ubicado en San Marcos Sierras, la capital cordobesa de la miel.

“Con la miel arranqué en el colegio secundario, teniendo colmenas. También hacía trashumancia que es ir con abejas a distintas partes del país haciendo distintas mieles. De esos lugares que recorrí conocí San Marcos Sierras, para mí el mejor lugar de todo el país para hacer mieles porque hay muchas plantas autóctonas, no hay herbicidas, ni pesticidas. No nos olvidemos que las mieles son jugos de flores. Es decir, si las flores están contaminadas las mieles también lo están.” 

Claudio Jaroszewski educa sobre el mundo de las abejas hace más de 20 años con El Arbol, un parque apícola que, además de un emprendimiento productivo es -y sobretodo- un espacio de enseñanza:

“Las mieles son los néctares que las flores le dan a las abejas a cambio de que hagan lo que se llama fecundación cruzada. Las abejas la llevan a las colmenas, la liofilizan, la pre digieren y la transforman en su comida que son las mieles. Las glándulas nectarias son las encargadas de producir este néctar, las mismas glándulas que después, cuando la flor cierre en un fruto, van a producir el jugo del fruto. O sea que químicamente decir miel o decir flor o decir fruto, es lo mismo. Simplemente la miel es más procesada.” 

La miel es un jugo de plantas. Es una recompensa que las plantas le dan a las abejas. 

El Árbol es el nombre que los aborígenes le daban al algarrobo. Cuando vienen los españoles lo ven parecido a una planta mediterránea que se llama Algarob, por eso lo bautizan algarrobo. Aún hoy, tantos siglos después, los aborígenes o descendientes de aborígenes le siguen diciendo el árbol. 

El algarrobo es el nombre de la conquista. El árbol es el nombre autóctono. 

La mayoría de las mieles argentinas se exportan. La población argentina consume más azúcares procesados que miel. Hoy, gracias a la educación, a las propiedades terapéuticas y a la cultura esto está cambiando de a poco.  Se habla de que una persona que come miel vive, en promedio, 7 años más que una persona que come azúcar toda su vida. 

Sin embargo, asegura Claudio, el producto homogéneo que ofrece el supermercado es, en general, glucosa de maíz. Cuando entramos a un lugar con mieles reales, veremos mieles negras, rojas, amarillas. Esta lógica lleva a un pensamiento lineal: si la flor tiene jugos rojos, la miel va a ser roja. 

“Las mieles se obtienen en etapas: etapa del año de floración de. Por eso es que hay distintas mieles. Yo no puedo enviar a la abeja a una flor específica, no me da bolilla. Está la etapa del año que florece el mistol, etapa que florece el algarrobo, el chañar, el palo amarillo, la jarilla, el romero, los quebrachos. Esas son las flores principales que eligen y que fecundan las abejas.  A partir de que ellas las eligen tienen fecundación cruzada y por eso son las plantas que hace miles y miles de años se desarrollan en esta zona». 

emprendimiento apícola San Marcos Sierras

Si hoy muriera la última abeja, a la humanidad le quedarían solo cuatro años de vida.

Claudio Jaroszewski afirma esta máxima y se la atribuye a Albert Einstein.  Cierta o no, sirve para concientizar sobre la importancia de las abejas para la polinización y la agricultura. 

“La idea es tratar de difundir no solo sobre mieles sino sobre abejas, sobre flores, sobre biodiversidad, sobre la importancia que tiene que vos y yo estemos vivos. No es poco. Si no hubiesen plantas de flor y no hubiese agentes polinizadores, no habría frutos y no habría difusión de semillas. El fruto no es un fin en sí mismo, es un modo que tienen las plantas para transmitir sus semillas. Si no hubiera transmisión de semillas no habría plantas, ni comida, ni oxígeno.  Una abeja no es una abeja sino un concepto, el verdadero ser es la colmena. Yo trato de aprender cada día de ellas: son una gran escuela, su organización es maravillosa.” 

El Arbol ofrece visitas educativas a grupos en San Marcos Sierras. Para conocer los horarios o pautar una cita pueden consultar aquí.

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