Llegar al La Despensa Azur ya es una experiencia en sí misma. Una puerta de vidrio espeso es el límite entre esos dos universos paralelos. Afuera, el ruido ensordecedor de la San Jerónimo. Cruzando la puerta, la calma. Sus paredes minimalistas, un moderno ascensor y tus teclas livianas. El aroma a algún aceite esencial y un calor etéreo. Tercer piso: su terraza. Un extraño oasis en el medio del caos. A tan solo unos metros, su Despensa.
Desde aquella entrevista con Agos supe que íbamos a ser buenas compañeras. Y ahora, junto a un equipo nos dan la bienvenida al gran banquete.
La mesa está servida. Unos tres metros con una variedad infinita de tablas, bandejas y platillos. No iba a entrar todo en una foto. Más que un almuerzo yo lo llamaría un brunch: dulce con salado: para comerlo mezclado, inventando algún criterio.
Variedades de panes frescos, pastitas, manteca de olivas, chutney de frutas, granola salada, escabeches, panceta teriyaki, calabaza braseada, ensaladas de legumbres, de verduras frescas o apenas grilladas, espárragos en su punto justo, hummus, una tabla de fiambres y quesos, ricota, frutos secos, frutas recién cortadas, degustación de mieles y aceitunas, más cosas dulces como budines y cookies.
Para tomar incluye aguas saborizadas o infusiones o bien vino por copa o botella u otras bebidas, aparte. Para sumar, se puede pedir proteínas como ave, pesca del día o carnes.
Y lo mejor: productos de temporada y regionales, esos que por encima no necesitan tanto.
A diferencia de otros buffet, la mesa está en constante movimiento. Nunca se acaba nada (pues se encargan de estar atentos, reponiendo cada bandeja). Se puede repetir una, dos, tres veces o lo que quiera el comensal. Aquí no hay límites para el disfrute. Para cerrar la tarde, te ofrecen café o alguna infusión y se puede regresar al mesón en busca del postre.
Su precio es acorde a a la propuesta y al servicio: a la fecha de hoy se puede degustar todo a $15.000 o $19.500 si se incluye la proteína.
La Despensa de Azur está abierta de lunes a domingo, para todo público. Según el horario cambian las alternativas. De desayuno, almuerzo o merienda despliegan el buffet, mientras que por la noche se puede pedir a la carta. Todas las opciones ofrecen su alternativa sin tacc.