fbpx

Del Bent, el verdadero helado artesanal

Compartí este artículo  

De la semilla a la planta, de la planta a la fruta, de la fruta a la idea, de la idea a las manos, de las manos a la boca, a los dientes, a la nariz, al estómago. La tierra hecha fruto, la receta que respeta esa tierra.

El helado nació siendo simple. Frutas miel y nieve. Nieve. Después vinieron las máquinas, las cremas y otros inventos. De Italia salió al mundo, del oficio al éxito. Del éxito devino a la industria y a manos que rompieron la tierra.

Por suerte había otras manos, las manos que amasaban, que creaban y que creían.

Cuando Martin y Roxi llegaron a Italia aún no se conocían. En Argentina vivían a 5 kilómetros de distancia pero nunca se cruzaron y fue, paradójicamente, la tierra del helado la que se hizo cargo de encontrarlos. Querían ser independientes y por eso alquilaron un bar con heladería. Ingredientes, polvitos, premezclas, stock, tiempos de producción y producto.

La receta funcionaba pero ellos se hicieron preguntas.

Empezó a surgir en Italia el movimiento Slow Food y abrieron grande los ojos.
La forma de encontrar respuestas a esas preguntas: qué hacemos, por qué hacemos lo que hacemos. La alimentación para el Slow Food significa comer con atención, valorando en especial la calidad y, por lo tanto, teniendo en cuenta la procedencia de las materias primas, los ingredientes y el modo de cocinarlos. Pone el acento, también, en que la comida viaje lo menos posible y elimina de la producción todo lo que sea químico, colorantes, saborizantes.

“Artesanal es muy difícil de definir, cualquiera que haga algo con las manos es artesanal pero cómo se encara a las producciones es el punto. Aquí hay una lógica más industrial de producto, una lógica de productos justamente. Hacer un stock, acortar los tiempos de producción. A nosotros nos costó encontrar quién nos enseñara realmente a hacer helado porque la mayor parte se amolda a la industria. Para nosotros en lo artesanal hay que poner el foco en los ingredientes de cualquier producto. Entonces pretendemos, trabajamos fuertemente para darle al helado no la óptica industrial de golosina congelada, sino una propuesta gastronómica, queremos contar una historia, brindar una experiencia y hacer un recorrido temático.¨

Cuando regresaron a la Argentina, en el 2013, les costó mucho transmitir el valor que podía tener esa idea. Y así, con muchas incertidumbres pero con la certeza de aquellas respuestas fue que abrieron Del Bent. Un proyecto simple y generoso. Un emprendimiento hecho con las ganas, con las manos, con la vocación, con el deseo.

“Esto es lo más lindo que tiene el trabajo, no ganar el dinero. Cuando uno hace las cosas con el corazón los recursos después te vienen por añadidura, te llegan de una forma u otra. Si uno pretende relojes y autos nuevos.. pero si uno tiene un estilo de vida austero pacato y sencillo, consciente de otras cosas no hace falta todo el resto”.

En Del Bent no hay todo todo el tiempo. Pocos sabores de la carta se mantienen fijos como el chocolate, el dulce de leche y la crema. El resto de la carta de sabores es estacional, la cambian cada quince días.

“No podés hacer un helado de frutillas si en la estación no hay. Venir a la heladería es como ir a la verdulería. Tiene que ver con el respeto hacia el producto usando productos locales. En lo posible de la zona o sino en el país y que vengan de productores chiquitos. También tenemos clientes que tienen árboles de limones, árboles de naranjas, entonces ellos nos traen y canjeamos por helado la fruta o el ingrediente que sea. Nos ha pasado en alguna feria que productores nos ofrezcan aceite de oliva o nueces y verlas transformadas en helado es muy fuerte para ellos. La idea es que un cliente que le gusta un sabor que es estacional y no está en la carta en otro momento pueda encontrar un sustituto que sea del mismo estándar de calidad”.

Dónde encontrarse con esos sabores

Desde siempre Del Bent se encuentra en Villa Allende, pero hace un tiempo cambiaron de local. Hoy se encuentran ubicados en Derqui 105 (Villa Allende). En el 2020 abrieron un nuevo local en el corazón de Nueva Córdoba (Achával Rodriguez 118), donde tienen una heladería más al paso, una necesidad adaptada a la pandemia, pero que tiene que ver con el origen del helado en Italia: llevarse un cucurucho para el camino o disfrutar en casa de un helado compartido.

Nuevas recetas

Con el pretexto del mundial sumaron productos temáticos a la carta. El equipo de Del Bent no iba a defraudar a su hinchada.

Juntaron los países, grupos y buscaron el helado, la fruta y el postre favoritos de cada lugar.

Estos salieron a la cancha:

Yerba mate y peperina (Argentina)

Piernik (Polonia) Es un pan que tiene miel, cardamomo, jengibre. Le dieron una vuelta de rosca y el maestro lo preparó.

Crema de seda (Árabe): Se inspiraron en la ruta de la seda (aromas y sabores asiáticos trasladados a través de esta ruta). Tiene base de crema Fior Di Latte con salsa casera de higos en almibar aromatizada con clavo de olor, cardamomo, canela y nuez moscada, con mix de pistachos, almendras y maní.

Matcha (Japón): A base de té de matcha (te verde en polvo).

Podés escuchar la columna que hicimos sobre este tema con Notify acá:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *